La Caesalpinia spinosa o Tara como es conocida es un árbol de la familia Fabaceae y crece en países como Perú, Ecuador, Chile, Colombia y también África.
Es un árbol relativamente pequeño con una ventaja especial y es que crece rápido lo que la convierte en una plata ornamental por excelencia.
La Caesalpinia spinosa mide aproximadamente entre 2 a 5 metros de altura; sin embargo, existen arboles de hasta 10 metros en su vejez. Su tronco puede alcanzar un diámetro de 30 a 40 centímetros, y su corteza es grisácea, presenta espinas cortas muy dispersas y fuertes.
Las hojas de este árbol son perennes y carecen de estructura laminar y de glándulas peciolares. Las hojas se agrupan en los foliolos primarios y pueden tener de 3 a 10 pares, y en los secundarios, de 5 a 8 pares. Y los tamaños varían desde 1 hasta 8 centímetros.
Las flores son de varios colores parte con un amarillo sutil y llegan a tonalidades naranjas, las mejores flores se ven en verano.
Sus frutos nacen en forma de vaina de 5 a 12 centímetros de largo y puede contener entre 4 a 7 semillas de color negro y se pueden ver cuando están maduras porque cambian a color rojo.
Su principal uso es ornamental en jardines mediterráneos. También tiene presencia en la medicina y partes de la semilla son comestibles. La vaina la emplean mediante un proceso para convertir la piel en cuero.
La Caesalpinia spinosa o Tara necesita del sol, no es un árbol de temperaturas menos a los 10 °C. Es muy utilizada en jardines pues el suelo no requiere de muchos preparados, mientras tenga humedad y drenaje crecerá de forma saludable, aunque agrónomos indican que debe abonarse y agregar fertilizantes en su proceso de floración. La Tara Resiste la sequía, sin embargo, se debe regar de manera frecuente.
Su método de siembra es bastante sencillo, las semillas deben ser remojadas en agua templada a caliente y ser sembradas en primavera.